Andrea Soldano
La nena de chocolate
Había una vez una nena llamada Valentina, que le gustaba mucho comer chocolate. Tanto le gustaba que desayunaba todos los días chocolatada con masitas de chocolate, merendaba alfajores de chocolate y cenaba bananitas con huevos revueltos, también de chocolate.
Una mañana, como todos los días, Valentina se levantó para ir a la escuela y mientras se peinaba frente al espejo observó que tenía uno de sus brazos todo de chocolate. Preocupada se tapó con la campera y salió sin decirle nada a su papá.
Cuando llegó a la escuela todos sus compañeros y compañeras la miraban raro. La maestra asombradísima le preguntó:
-Qué te pasó Valentina?
Valentina, a esa hora, ya tenía su cuerpo entero, todo de chocolate: los brazos, las piernas, el pelo, la cara, y como si fuera poco, sus pecas blancas, como el chocolate blanco. Era una niña toda de chocolate. La señorita la llevó hasta el patio, bajo la sombra de un árbol y fue rápido a llamar a su papá.
Cuando llegó el papá, abrió los ojos bien grandes. No podía creer lo que ocurría: ¡Su hija era una nena de chocolate! Urgente fueron al hospital. El papá ansioso preguntó a la doctora:
-¿Qué tiene Valentina?¿Es grave?
Ella, muy tranquila le contestó.
-No. No es grave. Ayer atendí un nene todo de papas fritas y la semana pasada una nena de chupetín, y sin dar muchas vueltas, sacó del cajón del escritorio un recetario y escribió:
Todos los días antes de desayunar deberás decir muy fuerte:
“churrinche, churrinche, churrinche
no comer chocolates
y nada de hacer berrinches”.
Al día siguiente, Valentina se despertó y cumplió la receta al pie de la letra:
“churrinche, churrinche, churrinche
no comer chocolates
y nada de hacer berrinches.
Esa mañana su papá le preparó mate cocido con medialunas y de a poco fue dejando de ser la nena de chocolate: primero recuperó su pelo, luego los brazos y después las piernas. Lo que más le costó fueron las pecas, pero eso no le importó a Valentina, cada tanto pasaba un dedo sobre sus cachetes para saborear el gustito del chocolate.
Colorín colorado este cuento se ha terminado y colorín colorate, casi nos quedamos sin chocolate.
Andrea Soldano
Andrea nació en Rosario el 27 de mayo de 1977. Es de Newell´s desde la cuna. Le gusta el mate amargo, y contemplar el río. Docente de nivel inicial hace 25 años, trabaja con las primeras infancias, es actriz, disfruta de escribir y contar cuentos. Hace 23 años comparte su vida con Pablo y fruto de ese amor nacieron Sofi,Camí y Nico.