Deja el mate en
la trunca madera.
Amontonada de huellas
espera la llegada del Juan.
Muerde miedo,
yerba y vino.
El quebrado umbral ensalma
la agonía de patadas.
La negra grita.
Los de atrás los hacen callar.
Escapularios rojos en la
espuma del colchón,
primitiva,
mutilada,
abre las piernas,
juan la desgaja,
y entre sueños la negra
canta cuajada de sangre.