Paula Favoreto
La penitencia
Luz ciega
Xinus era más acelerado que Sinus, la velocidad era su don y la torpeza su talón de Aquiles. Nadie quería pelearse con Xinus, era resolutivo pero a veces su impaciencia lo llevaba a cometer errores
Sinus era lento, su calma no era sinónimo de pereza o descuido. Era un ser que medía sus pasos y los de los otros. Xinus se sentía vigilado por Sinus y así era, pero no por los motivos que él creía
Arnus a diferencia de Sinus y Xinus tenía como virtud una sensibilidad intensa, tanto era su poder que presentía lo que pasaría en el futuro inmediato, percibía cualidades de la gente y sabía cuándo alguien tarde o temprano iba a defraudarle.
Xinus, Sinus y Arnus tenían algo en común eran Linus, habitaban en un lugar que permanecía escondido. Bajo los lagos, la tierra sembrada, el mar y las ciudades, estaba su mundo.
Pocos tenían el valor de llegar a la tierra de los Linus.
Emprender la odisea, obligaba a desafiar fantasmas. El dolor atravesaba a quienes se proponían llegar al planeta de la luz, como ellos llamaban a su reino.
Era el mito de Hades, Dios los muertos, el que atemorizaba más a quienes deseaban emprender el viaje más allá del inframundo y el que era, a su vez, una muralla eficaz ante el deseo irrefrenable de los hombres de conquistarlo todo.
Paula Favoreto
Nació el 8 de febrero de 1968, estudió Comunicación Social en la UNR. Trabajó como periodista en distintos medios, llevó adelante producciones independientes vinculadas a las expresiones culturales de la ciudad y hoy se dedica más a la comunicación institucional que al periodismo.
